Hace unos días, mi hijo de 15 años me dijo: “Mamá, cuando era pequeño me quería casar contigo, ¿verdad?”. Con tono de broma le contesté: “¡Sí! ¡¿Lo hacemos?!”.
Cuando vemos una cuna, lo primero en que pensamos para decorarla es en un hermoso móvil; por sus colores, los personajes o por la música, en fin, queremos que la cuna de nuestro bebé sea acogedora y linda.
La gente nos puede platicar una infinidad de cosas sobre la maternidad, escuchamos anécdotas y recibimos consejos de todas partes, pero vivir todo este proceso rebasa cualquier tipo de palabras que puedan utilizarse.
Los apoyamos en tener un título profesional y queremos que emprendan el vuelo, pero no en todos los casos es así, incluso cada vez es más común que se queden en casa dependiendo de sus padres, cuando ya deberían ser personas independientes.
Llevar nuestras ideas a un texto escrito no siempre se interpreta cómo se debe y esto puede ocasionar serios problemas en nuestra relación con los demás.