16 Jul La perfección en los niños
La obsesión por hacer las cosas perfectas no es privativa de los adultos. El perfeccionismo también es un rasgo psicológico de los niños. En todo caso, hablamos de un fenómeno poco estudiado.
La obsesión por hacer las cosas perfectas no es privativa de los adultos. El perfeccionismo también es un rasgo psicológico de los niños. En todo caso, hablamos de un fenómeno poco estudiado.
Si creemos que los bebés no tienen memoria porque nosotros no nos acordamos de cosas que sucedieron cuando éramos bebés, estamos equivocados; los bebés sí tienen memoria, sólo que es diferente a la memoria que se tiene en edad adulta.
Una de las grandes dificultades de los padres es saber cómo tratar la conducta agresiva de sus hijos ya que, a menudo, nos enfrentamos a la desobediencia y a la rebeldía de los hijos.
Entre los tres y cinco años, los pequeños varones atraviesan una fase de romántico-enamoramiento con la madre: la ve linda, buena, quiere ser su novio y se enoja cuando sus padres están muy juntos y empiezan a ver a su padre como un rival. Superará esta etapa cuando el niño ya no compita con papá sino que sea aliado.
Guiar el comportamiento de sus niños es un trabajo desafiante, pero también es el trabajo más importante de la familia. Los niños necesitan su ayuda para aprender a comportarse. La disciplina y supervisión cambian con la edad de sus niños.
Antes de que nuestros peques adquieran el manejo del lenguaje hablado se comunican con nosotros a través de señas. De esta forma nos hacen saber cuando tienen sueño, hambre, frío o quieren alguna cosa determinada.
Siendo presidente de la República Don Venustiano Carranza, firmó un decreto que declara a este día como el día del maestro.
Cuando tenemos un hijo que no habla como se espera a su edad, todos los padres nos hemos dejado llevar por la preocupación. Nosotros como sus padres podemos ayudarle, con nuestra forma de dirigirnos a él, para que aprender a hablar le resulte más fácil.
Pedir perdón es un acto de humildad, de reconocer un error y de demostrar a uno mismo que nadie, pero nadie es perfecto.