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No pronuncia la R y S

No pronuncia la R y S

Un niño puede tener muy buena comprensión, acorde a su edad cronológica, y presentar igualmente retraso en alguno o todos los niveles expresivos.

En el proceso normal de adquisición, la S y fundamentalmente la R suelen ser las últimos fonemas en ser incorporadas al perfil fonético del niño. Como son los últimos que generalmente se adquieren, a veces se demora su aparición, y por eso suele ser los más afectados.

Cuando esto sucede por lo regular se debe a una combinación de factores causales, lo más común en estos casos, es que el niño presente una inmadurez en el movimiento de los órganos del aparato fonador, como los labios, lengua, velo del paladar para estos fonemas en comparación con otros, es decir menor coordinación, agilidad o fuerza necesarias para producirlos.

Otras causas pueden ser de índole orgánica como la presencia de frenillo sublingual corto en el caso de la R que no permite la elevación necesaria de la lengua, o un problema de respiración bucal, más frecuente en el caso de la S, que lleva a que el niño mantenga una postura de interposición de la lengua entre los dientes, al respirar por la boca.

También pueden darse causas de índole psicológica que pueden provocar un retraso en el desarrollo de la articulación, tanto el abandono como la sobreprotección pueden afectar.

¿Cómo podemos estimularlos para que pronuncien de buena forma esas dos letras?

Hablarle al niño en forma clara, con la articulación propia del adulto, para brindarle un modelo correcto.

No hablarle a “media lengua” imitando los errores que él comete por más gracioso que pueda resultarnos.

Estimular el desarrollo del Lenguaje en general. Escuchar, dialogar, cantar, leer cuentos, comentar láminas, fotos y dibujos, todas son actividades que van a favorecer el desarrollo del Lenguaje de los pequeños, y el habla como materialización del mismo.

Tenemos que evitar presionarlos, moderando nuestra ansiedad y expectativas: el niño está desarrollando una función, por lo tanto no puede tener la precisión propia de la articulación del adulto.

¿Hasta qué edad se considera normal que un niño tenga dificultades con esas dos letras?

Hasta los 4- 4 años y medio se considera normal que el niño no articule aún estos fonemas. Recién a partir de esta edad hablamos de Dislalias, que son dificultades constantes que deben corregirse tempranamente para lograr mejores resultados.

Hasta esa edad se consideran parte de la evolución, o sea del desarrollo del nivel fonético.

¿Si pasan esa edad y continúan con la dificultad qué debemos hacer? ¿Qué tipo de tratamientos o ejercicios hay?

Deberíamos solicitar hora con un fonoaudiólogo o dentro de la institución de salud donde el niño tenga cobertura médica, deberíamos consultar al pediatra para que, según lo que él crea conveniente, evaluando el caso, nos diera el pase correspondiente.

Luego de una valoración, dependiendo de el o los fonemas que se encuentren afectados, el fonoaudiólogo es el profesional que elegirá que procedimientos a emplear.

En general se logra el punto de articulación correcto mediante distintos ejercicios, ya sea de respiración, de discriminación auditiva, o destinados a mejorar la motricidad de los labios o la lengua. También se utiliza la facilitación del fonema a partir de lo que el niño ya tiene adquirido, esto dependerá de cada caso, por ejemplo si el niño omite siempre el fonema, o si lo sustituye por otro.

El tratamiento que se propone para un niño que pronuncia la R francesa no será igual para aquel que la sustituye por D o por L.

Por eso recomendamos que sea un tratamiento personalizado. Aún cuando sean hermanos o primos no siempre los niños se van a beneficiar con el mismo tipo de ejercitación. Este es un error muy frecuente, es decir que los padres crean que deben utilizar los mismos ejercicios que una fonoaudióloga le indicó para un chico con otro, esto no es así.

¿Cuán efectivos son esos tratamientos?

Si no existen otras dificultades asociadas, es decir que se trata exclusivamente de la articulación y no de un descenso o compromiso de otros niveles expresivos, el tratamiento es efectivo utilizando los procedimientos habituales que emplean los fonoaudiólogos.

Es fundamental en cualquier caso el apoyo familiar, una buena dinámica familiar ayuda a que el niño supere sus dificultades más rápidamente, es importante un vínculo sano con su entorno, es decir un ambiente donde el niño se sienta apoyado y estimulado, donde la exigencia no sobrepase la capacidad del niño. En ese caso la solución del problema es cuestión de unos meses de tratamiento, concurriendo en forma regular.

Pero si la ejercitación propuesta no es realizada en la casa por distintos motivos, el tratamiento se prolonga.

Hoy en día, algunos padres y madres tienen una jornada laboral extensa, también deben atención a los hermanos, y se puede hacer difícil mover la rutina familiar hasta encontrar los momentos necesarios para que el niño practique.

¿Qué es lo que no deberíamos hacer frente a la dificultad de nuestros hijos al pronunciar estas letras?

No es aconsejable corregir al niño todo el tiempo, ni obligarlo a repetir palabras hasta el cansancio. Se generan sentimientos de frustración, el niño se aburre, se enoja, después no quiere hablar, se retrae y el problema se agranda.

¿Qué recomendaciones le das a los padres de niños con esta dificultad?

Lo que deberíamos hacer es recurrir a un especialista, o consultar al pediatra en primera instancia, y si el problema persiste pasado los cuatro años insistir, no dejarnos estar, porque lo más recomendable es que pueda superar el trastorno antes de su ingreso al primer año escolar y que estas dificultades no interfieran en la adquisición de la lectura y escritura, ni en la comunicación fundamentalmente con sus pares.

El niño debe lograr adquirir el punto de articulación correcto y ese es un trabajo del fonoaudiólogo, que como decíamos anteriormente aplicara la modalidad y técnica más conveniente para lograrlo.

Siempre será beneficioso buscar actividades que permitan favorecer el desarrollo del Lenguaje en general de los pequeños, sin presionarlos, siendo pacientes y comprensivos: unos chicos serán más rápidos y otros tardarán más, debemos respetar las diferencias en relación a los tiempos de maduración.  Video de Apoyo

Pero ante la duda y si ya tiene 4 años conviene consultar. Muchas veces los padres detectan que “algo no anda bien en el habla”, que el niño no pronuncia la R o la S, pero a veces esto se inscribe dentro de un cuadro de Dislalias múltiples y en esos casos el tratamiento lleva más tiempo, un tiempo riquísimo que no deberíamos dejar pasar.

Lic.en Fonoaudióloga Rosa Quevedo.

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