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Nos han descubierto

Nos han descubierto

Los pequeños muchas veces despiertan en las noches por hambre, por malestar o por algún mal sueño y lo primero que viene a su mente es ir en busca de sus padres a la habitación.

Otras ocasiones escuchan algún ruido y su curiosidad los lleva hasta la recámara de sus padres para sorprender a sus padres en una situación poco «normal» para los hijos.

Es más común de lo que imaginamos, pero es una imagen difícil de borrar y en muchas ocasiones no se sabe cómo manejar la situación en que los hijos descubren a sus padres teniendo relaciones.

Sorprender a papá y mamá teniendo relaciones sexuales no tiene mayores consecuencias psicológicas para el niño, en tanto la escena no sea violenta. Pero para los padres descubiertos ese momento es sumamente incómodo y quisieran que la tierra se los tragara en ese instante.

La actitud de los adultos es determinante para que el niño procese lo que ha visto sanamente. Pero el manejo de la situación deberá adecuarse a la edad del niño:

Una vez que han sido sorprendidos, los padres deben mantener la compostura, no perder la calma y actuar con la mayor naturalidad posible.

Eviten separarse bruscamente como si estuvieran haciendo algo malo, un comportamiento parecido al que tiene el pequeño cuando es descubierto en una travesura.

Respondan a sus preguntas de forma clara y sencilla. Díganles que estaban mimándose porque papá y mamá se quiere mucho.

En cuanto a su edad:

De los tres a los cinco años, los niños ya manifiestan curiosidad sexual y por ello si se enfrentan a una escena de este tipo y sus padres actúan con naturalidad, ellos reaccionarán con una curiosidad sana. Pero si por el contrario, se los rezonga, grita, etc., esto puede traer aparejado, el crearle miedos, anular su sana curiosidad e impedir el normal desarrollo de su sexualidad infantil.

De los 6 a los 9 años empiezan a plantearse la sexualidad en función del otro y les interesa la relación afectiva que existe entre sus padres. Si son mayores a esa edad más que preocuparse creo que los hijos deberán sentirse felices de que sus padres se sigan atrayendo sexualmente.

Pero para evitar llegar a esa situación incómoda lo mejor es enseñar a los niños a respetar la habitación de los padres y del resto de la familia. Enséñelos a llamar a la puerta y pedir autorización para entrar a la recámara.

Si los padres acostumbran a golpear a la puerta de una habitación donde hay alguien más, a no entrar al baño, por ejemplo, cuando está ocupado, etc., los niños incorporarán el respeto por la intimidad de los demás y la propia desde pequeños.

Otra regla básica es cerrar la puerta con seguro si se va a tener un encuentro sexual.

Lo indicado es hablar con el hijo o hija y empezar un diálogo más o menos de esta manera: La vez pasada entraste a nuestra habitación ¿Qué pensaste que estábamos haciendo?.      Según la respuesta del niño es bueno que converse con él, en tono dulce, siendo flexible y amable. No avergonzarse y actuar con naturalidad.

También es importante no demorar las respuestas, las cuales deben ser lo más claras posibles, evite las mentiras y los detalles innecesarios, y en todo momento tratar de usar un lenguaje apropiado.

 

Referencia:

http://www.pediatraldia.cl

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1 Comentario
  • tarencontrecougar.info
    Posted at 15:08h, 03 agosto Responder

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