03 Ago Uso del biberón
La leche materna es el mejor alimento para su hijo durante los primeros meses de vida.
Lo ideal son biberones de vidrio con capacidad de 350 c.c. (12 oz.), con boca ancha para facilitar el lavado y que puedan ser esterilizados fácilmente con cualquier método. También puedes utilizar biberones de plástico, pero debes evitar que no sean los TÓXICOS.
• Tetinas
Hay de varias formas de tetinas, algunas vienen con válvula para la entrada de aire, que evita que se forme vacío en el biberón mientras el bebé succiona.
• Cepillos de limpieza
Necesitarás cepillos especiales para el lavado que evitarán que la leche quede adherida a las paredes o a la tetina.
• Calentadores eléctricos y termo-biberones
También existen equipos eléctricos para calentar los biberones a la temperatura adecuada, que evitarán pérdidas de tiempo, lo mismo que los termo-biberones, que mantienen la temperatura por varias horas, ideales para los paseos y viajes cortos.
Aunque no se pueda establecer una fecha precisa para decirle adiós, los médicos aconsejan abandonarlo a los doce o trece meses.
- Olvidarse de él cuanto antes es un signo más de que empiezan a ser mayores y más autónomos, lo que les ayudará en todas las facetas de su día a día.
- Además, usarlo durante mucho tiempo fomenta en muchos casos la aparición temprana de caries. Tanto la leche como la leche de fórmula para bebés o los zumos contienen azúcares, y los dientes se deterioran al exponerse a este tipo de líquidos durante períodos largos de tiempo. En especial si el bebé está acostumbrado a quedarse dormido con el biberón o pasa gran parte del día chupándolo muy despacito (como si se tratara de un chupete).
- Los pediatras advierten que algunos niños que continúan con el hábito del biberón una vez cumplido el año y medio pueden padecer deficiencias en su alimentación, aunque generalmente no son graves. No es demasiado común, pero los grandes amantes del biberón, esos que no lo quieren soltar por nada del mundo, suelen recibir mucha más cantidad de leche al día de la que necesitan, por lo que ya no tienen hambre a la hora de comer alimentos sólidos, lo que en ocasiones se traduce en una nutrición inadecuada.
- Es bastante complicado conseguir hablar teniendo la tetina del biberón o el chupe en la boca, por lo que el desarrollo del habla puede frenarse o ir más lento de lo habitual.
Pueden producirse situaciones en las cuales el empleo del biberón o el chupón son apropiados. Si este es el caso:
- Asegúrese de que su bebé tiene la boca debidamente ajustada cuando mama.
- Asegúrese de que su bebé da señales de tener hambre, como de costumbre. Un chupón puede hacer que su bebé se salte comidas.
- Finalmente, no es una buena idea introducir el uso del biberón o el chupón antes de que la lactancia materna esté debidamente establecida como la forma de alimentación ideal.
- Asegurarse de que su bebé ajuste fácil y correctamente la boca cada vez que mama.
- Asegurarse de que usted tiene leche suficiente.
- Asegurarse de que usted se siente cómoda con la lactancia. Esto puede tomar a veces no menos de 2-3 semanas.
- Empezar la transición cuanto antes. Aunque se pongan perdidos, ya podemos empezar a darle vasos a partir de los siete meses, combinándolos, eso sí, con los bibes. A esta edad todavía no pueden ingerir el contenido de una taza, lo único que harán con ella será juguetear, pero por algo se empieza. Pasada esa edad, el proceso puede ser paulatino, primero cambiamos el bibe de leche del mediodía por una taza. Después, poco a poco se irán sustituyendo el resto de biberones.
- Paciencia y diversión. Les encanta jugar, así que podemos plantear el cambio del biberón a la taza como una diversión más. Hagamos como que servimos el té un poco antes de la hora de comer para después intentar que tome su comida en una taza. También podemos probar a recoger con él todos los biberones y guardarlos en una bolsa.
- Antes de dormir. Muchos niños siguen tomando el biberón de la noche durante muchos años (este es el más cuesta quitar porque les reconforta). Un buen baño caliente antes de acostarse, música relajante, nanas… cualquier táctica que les serene es buena si se consigue que duerman sin él. En cualquier caso, no está de más tener a mano el chupete por si no consigue calmarse.
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