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Consejos prácticos para vacaciones

Consejos prácticos para vacaciones

Todos sabemos lo que involucra salir a la calle con un bebé o niño pequeño. El gigante bolso cambiador termina convirtiéndose en una extensión más de nuestro cuerpo. Cargamos con decenas de cosas “necesarias” y otras tantas “por las dudas”.

Un viaje en familia supone muchos preparativos, pero si encima se viaja con niños, son muchos los factores a tener en cuenta.

Recordemos lo básico: que el bebé esté cómodo, limpio, bien alimentado, protegido, feliz. Para ello no es imprescindible cargar siempre con una cuna de viaje si vamos, por ejemplo, a un hotel con servicio para familias o a la casa de algún familiar.

Los más pequeños de la familia son personitas muy inquietas que se aburren con facilidad. Hay que prepararles con antelación, dejarles que participen en la organización del viaje.

Podremos  hacer una lista y armar nuestro propio kit básico de viaje de acuerdo al destino y duración del mismo.

  • Comodidad. Elegiremos un sistema portátil para llevar al bebé (mochila trasera, mochila tipo canguro) que nos permitirá movernos con total libertad con nuestro pequeño bebé. Si hablamos de un niño ya un poco más grande, con un carrito plegable se estará mejor.
  • Aseo. Salvo que planeemos un viaje a un destino muy aislado (algo poco probable con un bebé) siempre dispondremos de las cosas mínimas para su aseo. No deberíamos cargarnos con botes de toallitas descartables. Recordemos que el agua hace milagros y una pequeña toalla nos servirá suficientemente. ¿Pañales descartables? Sí, llevaremos los necesarios para el trayecto de ida y nada más.
  • Ropa. A ver: que no es un desfile de modas. Sabemos que nuestro bebé es una belleza, no es preciso llevarle 3 mudas para cada día. Prendas cómodas, livianas, combinables y frescas. Que se puedan lavar fácilmente en el cuarto el hotel o en el camping. Además, que no pasa nada por ir sin planchar unos días.
  • Comida. Dependiendo de la duración del viaje de ida y del medio elegido podremos estirarnos un poco más en este aspecto. Una pequeña heladerita en el coche será de mucha ayuda para tener agua para preparar el biberón o llevar potitos. Si es en avión, podemos contar con la ayuda del personal de a bordo que están acostumbrados a calentar comida para bebés.            Los viajes en autobus son los más difíciles de sobrellevar, por la estrechez del espacio, las pocas paradas en el camino y escaso o nulo equipamiento interior. En todos los casos, carguemos con una cantidad razonable de comida que cubra las necesidades normales del bebé durante el viaje de ida solamente.
  • Salud. A este apartado le dedicaremos una entrada en los próximos días. Pero sigamos de todas formas la regla básica: ir a lo imprescindible, que no podremos cargar una farmacia en la maleta “por las dudas”. La crema para evitar rozaduras en la piel del bebé, y lo elemental para utilizar en caso de emergencia.

 

  • Protección: Gorro, protección solar y agua. De acuerdo a la edad del niño, incorporaremos unas gafas de sol o cambiaremos el agua por el biberón o el pecho materno.
  • Un bebé feliz. No olvidemos llevar su juguete o peluche preferido. Le asegurará una grata compañía, le hará sentir como en casa, será motivo de distracción en los tiempos muertos de espera y, también en algunos casos nos servirá para no gastar de más. Un libro de cuentos o para pintar, cuando son más grandecitos, nos evitará que se aburran en los trayectos de viaje.

El mundo de los niños es divertido y está lleno de sorpresas. Sólo hace falta preparación, control de la situación, buen humor y mucha paciencia, para que la diversión y el descanso estén asegurados.

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