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Problemas de visión en los niños

Problemas de visión en los niños

Los problemas de visión como la miopía, el astigmatismo, la hipermetropía o el estrabismo, deben tratarse a tiempo, para que no acaben por dificultar el aprendizaje del niño.

Lo más importante a la hora de poner gafas a un niño es ayudarle al pequeño a ver las gafas como un objeto divertido.     Esto es posible porque hoy día existen modelos y diseños de todos los colores.        Los ojos de su hijo deben someterse a revisiones periódicas, ya que muchos problemas de vista y enfermedades oculares se pueden detectar y tratar muy temprano en la vida de un niño.

Los oftalmólogos pediátricos son pediatras especializados en el tratamiento de los problemas oculares y de la vista. Como es lógico, se centran exclusivamente en la población infantil.

«La mayoría de los niños se preocupan por la forma en que los van a ver los demás. Algunos simplemente se niegan a llevar gafas porque piensan que se van a ver feos».

Los niños no saben cómo tienen que ver, ni se comparan con otros compañeros. Sin embargo, hay ciertos síntomas que nos pueden alertar:

  • Tiene problemas para aprender: se salta palabras o frases al leer, no comprende o no recuerda lo que ha leído o pierde la atención más fácilmente que sus compañeros en el escuela.
  • Parpadea excesivamente, tuerce o guiña los ojos con frecuencia.
  • Se acerca mucho al papel cuando lee o escribe en una postura distinta (por ejemplo, totalmente de lado).
  • Le pican los ojos y le duele la cabeza, sobre todo al salir del colegio o al final del día. Le suele doler en la zona de los parietales (la parte media y lateral de la cabeza) o en el frontal.

Los niños que sufren miopía se caracterizan por no ver correctamente los objetos o personas que se encuentran lejos. Para ver mejor, estos niños suelen apretar los ojos para enfocar los objetos distantes.

La hipermetropía es justo lo contrario de la miopía. Los afectados de hipermetropía tienen una percepción borrosa de los objetos cercanos y ven mejor de lejos. Es habitual que los niños, al forzar la vista, presenten dolor de ojos o de cabeza, lagrimeo y parpadeo frecuente. Generalmente, prefieren jugar al aire libre.

El astigmatismo distorsiona la forma de los objetos y quien lo padece percibe una visión deformada de las cosas, tanto de lejos como de cerca. Suele estar asociado a la miopía o a la hipermetropía, presentando síntomas de ambas patologías.

El estrabismo es una pérdida de paralelismo de los ojos. Como consecuencia, cada uno mira en una dirección diferente. Este defecto ocular supone un problema grave para el sistema visual y debe ser evaluado inmediatamente por un especialista.

Consejos para elegir las gafas de los niños

1- De 0 a 3 años de edad.

La visión de los bebés debe ser examinada en sus primeros meses de vida durante sus revisiones con el pediatra. A los tres años de edad, es conveniente llevarle al oftalmólogo para que realice un examen más profundo. La prevención es esencial.

2- De 3 a 6 años de edad.

Si tu hijo necesita usar gafas y no se las pone, puede terminar por desarrollar otros problemas asociados a la visión.

3- De 6 a 9 años de edad.

A partir de esta edad, se pueden usar lentes de contacto. Según los especialistas, lo más recomendable es que el niño solamente use lentes de contacto a partir de los once años, cuando tenga más responsabilidad y más control para hacerse cargo de la limpieza correcta que requieren las lentes de contacto. Si no se manipulan y usan con las medidas higiénicas adecuadas pueden causar infecciones más conocidas como conjuntivitis o queratitis.

Estar atento a cualquier señal que indique una visión deficiente podrá ahorrarle problemas en el presente y en el futuro.

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