16 Sep Permite que tu hijo se aburra
Cuando éramos pequeños no estábamos rodeados de tanta tecnología, nos entreteníamos con cualquier cosa e inventábamos juegos para pasar el rato, salíamos a jugar a la calle y éramos amigos del barrio entero, actualmente por seguridad no dejamos a los niños en la calle pero tampoco los acompañamos al parque o a jugar al aire libre, además si ambos padres trabajamos turnos completos no tenemos tiempo.
Lo ideal es dedicarles el mayor tiempo posible y también es recomendado dejar que se aburran porque se obtienen beneficios para su desarrollo emocional, cognitivo y creativo. Aquí algunos de ellos:
- Fomenta la creatividad: El aburrimiento impulsa a los niños a imaginar, inventar juegos y explorar nuevas formas de entretenimiento. Les da espacio para pensar y crear sin distracciones externas.
- Desarrolla la resolución de problemas: Cuando un niño se aburre, busca maneras de entretenerse, lo que lo empuja a encontrar soluciones por sí mismo y a ser más autónomo.
- Fomenta la independencia: Al aprender a lidiar con el aburrimiento, los niños se vuelven más independientes, ya que entienden que no necesitan que todo el tiempo se les dé algo que hacer.
- Desarrolla la tolerancia a la frustración: Enfrentar el aburrimiento ayuda a los niños a manejar momentos en los que las cosas no son tan emocionantes. Esto fortalece su capacidad para lidiar con el malestar o la frustración de forma más madura.
- Promueve el autoconocimiento: Al tener tiempo libre, los niños pueden conectarse más con sus intereses y pasatiempos, lo que los ayuda a conocerse mejor.
- Mejora la concentración y el enfoque: Al no estar sobreestimulados constantemente, los niños pueden aprender a concentrarse mejor en tareas que no siempre son inmediatas o entretenidas, lo que es útil en el ámbito académico y en la vida en general.
- Fortalece el vínculo con el entorno: El aburrimiento puede hacer que los niños presten más atención a las pequeñas cosas de su entorno, como la naturaleza o los objetos cotidianos, lo que promueve la curiosidad y el aprendizaje a través de la observación.
Permitir que un niño se aburra no es algo negativo, sino una oportunidad para que desarrolle habilidades clave que lo ayudarán en su crecimiento personal.
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