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Padres Adolescentes

Padres Adolescentes

El embarazo en la adolescencia muy pocas veces es casual y menos aún conscientemente buscado. Obedece en general a una serie de causas psicológicas, sociales y culturales, con un patrón propio que se repite a lo largo de las diferentes poblaciones en que este fenómeno se ha estudiado.

Un estudio  presentado por especialistas de la UNAM determinó que de cuatro niños que nacen el país, uno es de padres adolescentes, lo que demuestra que los embarazos en ese sector de la población se están constituyendo en un problema social y de salud pública.

Este resultado nos deja impresionados, ya que en el plano social  los jóvenes ven interrumpidos sus planes de vida, por la obligación de enfrentar la responsabilidad en algunos casos y en otros, afrontar la interrupción de un embarazo no deseado, que no es la solución.

La sociedad en general condena los embarazos precoces más por falta de previsión en la anticoncepción, que por respeto a la vida humana por las consecuencias acarreadas. Pero esta sociedad no facilita para nada a los jóvenes el llegar a soluciones maduras para enfrentar las actuales.

Cuando una joven se ha embarazado, la noticia es recibida con evidente disgusto por su compañero, su familia y su entorno social (escuela, trabajo). No hay datos acerca de que la maternidad en la adolescencia sea bien recibida en ningún grupo de la mayoría de las sociedades actuales.
Si la joven continua el embarazo tiene cuatro caminos posibles:

  1. Criar el niño con la familia de origen (es decir con sus padres), lo que suele ocurrir en las clases sociales más pobres, donde la situación no es una novedad. Este tipo de crianza en «clan» o «tribu», genera confusión de roles y funciones familiares en el niño, pero le brinda a él y a su madre un continente afectivo aceptable.
  2. Casarse o unirse: conviven, pero no tienen la independencia económica necesaria para consolidarse como pareja. Esto, además de la inmadurez afectiva, explica la alta tasa de fracaso de estas uniones.
  3. Dar el niño en adopción: esto tiene un alto costo emocional. La sociedad tiene en general una actitud ambivalente al respecto, con posiciones muchas veces encontradas. La opinión de los jóvenes padres suele ser la que menos se tiene en cuenta.
  4. Alojarse en lugares maternales: que es siempre una solución transitoria y constituye una forma sofisticada de marginación. Las nuevas tendencias son a utilizar pequeños hogares, similares a una familia, en lugar de grandes instituciones impersonales, que se adecuarían mejor a un modelo integrador con posibilidades de producir un impacto positivo en la problemática de la madre adolescente y sola.

Es indudable la carga que para la madre entraña cualquiera de esas posibilidades, sin embargo para el padre también, pero éste en general lo enfrenta con menos frecuencia que la mujer adolescente.

¿Qué pasa con el padre?

Estos jóvenes padres en general suelen tener menos información que sus compañeras sobre el proceso biológico general y la noticia de ser padres suele conmoverlos profundamente. Deben en ese momento asumir un rol que en esa etapa de su crecimiento está cuestionado. Algunos adolescentes lo intentan, pero la desvalorización a la que son sometidos por sus propias familias, las dificultades laborales y económicas, el rechazo social y la relación de conflicto que se establece con su compañera, hace que muy pocos puedan asumir y mucho menos concretar la responsabilidad. Se convierten así en padres abandonantes, con posibles secuelas hasta la fecha no bien estudiadas.
Por ello, el padre adolescente, en esta compleja problemática, es una persona que también requiere ser atendida y considerada por el equipo de salud. Pero sobre todo por su familia.

CONSECUENCIAS

Pero desafortunadamente, en ocasiones este acontecimiento milagroso que permite darle sentido a la vida, se convierte en una carga y en un sentimiento de culpa, miedo y rechazo que afecta la vida en todos los sentidos y es que un embarazo no deseado, genera siempre preocupación, temor y hasta enojo, que generalmente termina por lesionar a quien menos lo merece: el bebé.

El impacto del embarazo en la adolescencia además de los riesgos físicos, ocasiona un mayor número de abortos o bebés muertos o con problemas congénitos y es también psicosocial, ya que se traduce en deserción escolar, mayor número de hijos a lo largo de su juventud, desempleo o ingresos inferiores de por vida, generalmente fracaso en la relación de pareja y abandono de la vida social con todo lo que ello significa.

En México, cada año, nacen en promedio dos millones 500 mil niños, de los cuales cerca de 20 por ciento son hijos de madres adolescentes, y en este grupo se estima que un diez por ciento de los embarazos derivan de abuso sexual, por lo que esos niños tiene más posibilidades de  ser víctimas de violencia de unos padres jóvenes que sufrieron abusos.

COMUNICACIÓN ENTRE PADRES E HIJOS

Tanto padres como madres señalan diferencias entre la sexualidad de sus hijos y sus hijas, ven la actividad sexual masculina como «una necesidad biológica», al tiempo que viven la sexualidad de las mujeres como una forma de ser valoradas. Así la sexualidad de las mujeres es riesgosa, se prohíbe pero no se enseña a prevenir embarazos o enfermedades de transmisión sexual.

Mientras tanto,  muchos chicos se inician los 12 y los 15 años, algunos para imitar amigos, otros por curiosidad y con frecuencia instados por el alcohol y los amigos.

Los padres y educadores no deben olvidar lo que numerosos adultos desconocen: la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que propone al doble método de pastillas anticonceptivas más preservativo, como la forma ideal de cuidado para los adolescentes. También tener en cuenta que el placer y la sexualidad son parte de la experiencia humana y deben estar presentes en las conversaciones familiares.

 PREVENCIONES 

Prevención primaria: Se refiere a las recomendaciones que se les darían a las adolescentes que no estén embarazadas.

    • Medidas destinadas a evitar el embarazo en la adolescencia.
    • Información sobre fisiología reproductiva gradual y continuada en todos los ámbitos y no solo limitada al ámbito escolar.
    • Utilización adecuada de los medios de comunicación.
    • Estimulación de los jóvenes a la reflexión grupal, sobre los problemas relacionados con cada etapa de la adolescencia.
    • Fomento de la comunicación entre padres o adultos responsables y los jóvenes en lugares comunes que sirvan de foro de discusión.
    • Entrenamiento de las personas que tienen contacto prolongado con adolescentes (docentes, líderes) para la atención de aquellos adolescentes en situaciones de alto riesgo.
    • Captación, por personal entrenado, de los jóvenes que no asisten a establecimientos educacionales ni trabajan, para su reinserción social y educación.

Prevención secundaria: se refiere a las recomendaciones y medidas que se tomarían cuando la joven ya está embarazada.

    • Asistencia del embarazo, parto y recién nacido en programas de atención a adolescentes, por personal motivado y capacitado en este tipo de atención.
    • Asistencia al padre, así como a la madre de la criatura, favoreciendo su participación y ayudándolos a asumir su rol.
    • Información y apoyo psicológico a los jovenes si deciden entregar al hijo en adopción. Estas acciones deberán ser llevadas a cabo en lo posible dentro de programas integrales de atención de adolescentes, con personal de las áreas médica, social y psicológica, que funcionen como equipo.

Prevención terciaria: Se refiere a las recomendaciones y medidas dirigidas atender el control de la evolución del niño y de sus jóvenes padres.

    • Vigilancia del vínculo madre-hijo, padre-hijo, prestando atención a signos de alarma.
    • Favorecimiento de la reinserción laboral de la madre y el padre si corresponde.
    • Seguimiento médico integral del joven padre, sea cual fuere la situación en la que se haya ubicado frente a su compañera y su hijo.
    • Asesoramiento adecuado a ambos para que puedan regular su fertilidad, evitando la reiteración compulsiva de los embarazos con intervalo ínter genésico corto.
    • Creación de pequeños hogares maternales para las jóvenes sin apoyo familiar, que además de alojarlas las capaciten para enfrentar la situación de madre soltera y la prevención de un nuevo embarazo no deseado.
IMPORTANTE:
El papel de los padres. La comunicación con sus hijos debe ser abierta y darles confianza para que pregunten e intenten resolver cualquier duda con ellos. Para ello es aconsejable que los padres le hablen del amor, de la pareja, el sexo, los hijos, las responsabilidades, etc.

Para reflexionar:

ANTES DE SER MAMÁ…

Yo comía mi comida caliente.
Mi ropa lucía planchada y limpia todo el día.
Podía sostener largas y tranquilas conversaciones telefónicas.

ANTES DE SER MAMÁ…
Me dormía tarde, tan tarde como quería
y jamás me preocupaban las desveladas.
Cepillaba y cuidaba mi pelo, lucía uñas largas y hermosas. Mi casa
estaba limpia y en orden, no tenía que brincar juguetes olvidados por
todos lados.

ANTES DE SER MAMÁ…
No me apuraba si alguna de mis plantas era venenosa, ni pensaba en lo
peligroso de las
escaleras o las esquinas de mis muebles.
No dejaba mi tiempo en consultas mensuales con el doctor, ni consideraba
siquiera la palabra VACUNA.

ANTES DE SER MAMÁ…
No tenía que limpiar comida del piso, ni lavar las huellas de pequeños
deditos marcadas en los vidrios.
Tenía control absoluto de mi mente, mis pensamientos,
mi cuerpo y mi aspecto físico…
Dormía toda la noche y los fines de semana eran totalmente relajados.

ANTES DE SER MAMÁ…
No me entristecían los gritos de los niños en la
consulta médica, no tuve jamás que detener, con lágrimas en mis ojos, una
piernita que sería
inyectada.

ANTES DE SER MAMÁ… Yo nunca sentí un nudo en la garganta al mirar a
través de unos ojos llorosos y una carita sucia.
No conocía la felicidad total con sólo
recibir una mirada.
No pasaba horas mirando la inocencia
dormir en una cuna.
Nunca sostuve a un bebé dormido SOLO porque no quería alejarlo de mí.

ANTES DE SER MAMÁ…
Nunca sentí que mi corazón se rompía en
un millón de pedazos al no poder calmar el dolor de un niño.
Nunca supe que algo tan pequeño, podía afectar TANTO mi mundo.
Nunca supe que podía amar a alguien de
ese modo, nunca supe que amaría como una MADRE.

ANTES DE SER MAMÁ…
Yo no conocía el sentimiento que provoca tener mi corazón fuera de mi
cuerpo.
No sabía que tan especial me sentiría al alimentar a un bebé hambriento.
No sabía de esa cercanía inmensa entre una madre y su hijo.
No sabía que algo tan chico podría hacerme sentir tan importante.

ANTES DE SER MAMÁ…
No imaginaba tanta calidez, tanta dulzura, tanto amor.
No imaginaba lo grande y lo maravilloso que sería,
No imaginaba la satisfacción de ser madre, no sabía que yo era capaz de
sentir tanto…

HOY NO IMAGINO MI VIDA SIN ESA PEQUEÑA SONRISA PICARA Y TRAVIESA, 
SIN ESA HUELLA DE CHOCOLATE EN LA PARED, SIN ESE OLOR A PUREZA, SIN 
ESCUCHAR DE UNOS PEQUEÑOS LABIOS 
ESA PALABRA CORTA Y LARGA A LA VEZ… 
                                        «MAMÁ»

 

 

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