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¡No quiero ser Mamá!

¡No quiero ser Mamá!

«Tener un hijo es el sueño de toda mujer». Esta es una creencia popular que ahora tiene menos fuerza.

Esta concepción negativa de la maternidad, como algo que corta la libertad, ha estado presente en la mentalidad de muchas mujeres. Es indudable que la liberación femenina ha sido un factor básico a la hora de renunciar a tener hijos.

¿MADRES POR INSTINTO?

Sea como sea, cabe una pregunta: ¿existe el instinto maternal? ¿Aparece en todas las mujeres o es la presión social y familiar la que nos conduce a él? Pues bien, como en todos los temas controvertidos, hay opiniones para todos los gustos.

EL CONTEXTO INFLUYE

Así, los psicoanalistas coinciden y apuntan a que el deseo de tener un hijo no es inherente a la condición femenina, sino que tiene más que ver con las relaciones que ha tenido la mujer en la infancia con sus padres y el hecho de que se haya sentido arropada emocionalmente por ellos.

Lo cierto es que cada una de nosotras somos un caso particular y que, ante opiniones radicalmente extremas, la realidad siempre se mueve en escala de grises. De hecho, hay mujeres que, sin poder tener hijos por problemas de salud, desarrollan un fortísimo instinto maternal cuando adoptan. “Tener hijos no te hace madre”.

SI TIENES PAREJA…

No se lo ocultes.
Plantéale tu opinión y cuéntale los motivos. Si tu decisión es tajante, déjaselo claro desde el principio; de lo contrario, le estarías engañando.

Entiende que no puedes obligarle a no ser padre.
Es una experiencia insustituible y su decisión de querer tener niños es tan respetable como la tuya de no tenerlos.


Si, al final, decides ser madre para suplir ciertas carencias en tu relación, cometerías un grave error.
No solucionaría nuestros problemas sentimentales y, si la ruptura es irremediable, el niño acabaría pagando los platos rotos.

Antes, por temor a que su decisión —para esos tiempos injustificada — no creara conflictos con su pareja, familiares y entorno social, ella se callaba, tenía hijos y luego desbordaba su impotencia en algún consultorio.

Ahora, las crecientes responsabilidades profesionales que adquiere una mujer, las hace sentirse más seguras y libres de imponer su decisión.

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