
07 Sep Los tuyos, los míos y los nuestros
Es una configuración familiar no tradicional que cada vez tiene mayor peso en nuestra sociedad, las familias ensambladas se originan a partir del segundo matrimonio o unión de hecho, cuando uno o ambos integrantes de la pareja tiene hijos de una unión anterior y que crece aún más la familia al tener hijos dentro de esta nueva unión, quedando así:
«Los tuyos, los míos y los nuestros»
Lo cierto es que, para bien o para mal, la sociedad ha cambiado. Las personas cambian de trabajo e incluso de profesión, se mudan varias veces a lo largo de su vida y no necesariamente se unen «hasta que la muerte los separe». Lo que antes era habitual es cada vez más una rareza.
Sucede que, por cierto, estas nuevas familias incluyen relaciones mucho más complejas que las tradicionales, puesto que lógicamente se presentará allí la interacción de más personas, cada una de ellas con vidas pasadas diferentes, que no obstante deberán volver a integrarse en una nueva familia.
Cuando dos personas vuelven a vivir en pareja, se puede afirmar que se estará comenzando a recorrer un camino que muy posiblemente incluirá situaciones difíciles, especialmente en sus inicios. Y de hecho, el divorcio suele ser aún más frecuente entre las personas que forman una segunda o tercera pareja.
La razón de estas dificultades es más que lógica, ya que se trata de familias mucho más complejas, donde más personas se encuentran involucradas en la convivencia y en la toma de decisiones, y -para peor- luego de transitar un período de pérdidas y cambios, que les significó la separación de su anterior familia.
PUNTOS ÚTILES
- Será muy importante que la disciplina y el orden de la casa sean aplicadas por el adulto que se encuentre presente en el momento.
- Los nuevos cónyuges acuerden entre sí qué tipos de reglas impondrán, en relación a sus hijos y los de su pareja.
- Es importante que los adultos sepan crear un vínculo personal con el hijo de su pareja.
- Padrastros o madrastras no critiquen a la ex pareja del padre o la madre biológica estarán involucrando a los niños en una situación muy compleja, en la que los mismos deberán tomar partido a muy temprana edad por alguno de sus seres queridos.
- Si la separación es en buenos términos, muy posiblemente la nueva familia ensamblada vivirá en un clima de mayor armonía, y con vínculos más sanos y previsibles.
Se sabe también que cuanto más pequeños son los hijos, más sencillo es el ensamble, ya que con los adolescentes la posibilidad de desarrollar un nuevo vínculo podría ser mucho más difícil. Sin embargo, la relación con los hijos del nuevo marido o esposa, tanto niños como adolescentes, podría ser muy buena en ambos casos, ya que la misma convivencia ayudará a que chicos y adultos ganen intimidad muy pronto.
Los expertos también señalan que es falsa la creencia de que los chicos se adaptan mal a una nueva familia. De hecho, las estadísticas dan cuenta de que sólo un tercio de los hijos no se adapta naturalmente, lo cual igualmente se puede revertir mediante la ayuda terapéutica.
También es errónea la creencia de que los las relaciones son más fáciles de desarrollar si la familia ensamblarse forma luego de que el adulto enviude, en vez de divorciarse. De hecho, muchos chicos piensan que el nuevo matrimonio de sus padres viudos es como una traición al progenitor que murió, y se sabe incluso que suele ser más difícil la integración de los chicos que no ven, -o ven muy poco-, al padre con el que no conviven, pues suelen idealizarlo, y por ende se dificulta la relación con el padrastro o madrastra.
Por último, es importante que no se intenten copiar estilos de vida pasados, ya que la nueva familia tendrá características propias, y el desconocer estas diferencias podría causar diversos tipos de conflicto y un amplio riesgo de que se produzca un nuevo divorcio.
“Con amor y paciencia se puede lograr ser feliz
de nuevo, pero ahora con:
“Los tuyos los míos y los nuestros”
Sin Comentarios