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Lo bueno y lo malo de la andadera

Lo bueno y lo malo de la andadera

Conoce qué es lo bueno y lo malo del andador.

Es uno de los artículos de mayor uso para ayudar a los pequeños a caminar, pero está comprobado que su acción no es tan favorable en este proceso. Además, su uso requiere la constante vigilancia de un adulto para evitar graves accidentes.

El andador o andadera es un asiento rodeado por una baranda unida a una base con ruedas. Así, el niño comienza a desplazarse gracias al impulso que se da con las piernas. La edad promedio en que los padres suben a los niños a este artículo es a los diez meses, porque comienzan las inquietudes por empezar a caminar.

Sólo como juego y NO para aprender a caminar.

La supuesta capacidad del andador de apoyar a los bebés para que aprendan a andar erguidos no es tal. Pediatras comprobaron que a pesar de realizar el movimiento para caminar, los niños no ejercitan ni el equilibrio, ni aprenden a sostener su cuerpo sobre sus piernas.
De hecho, sus piernas realizan movimientos extraños que les pueden causar algún tipo de problema. Tampoco aprenden a mover sus brazos, lo que es fundamental para coordinar el equilibrio y aprender a caminar.

Los especialistas señalan que al caminar más rápido en el andador, los bebés se acostumbran a una velocidad que no es real y que luego les puede traer serias caídas al caminar solos, porque no tienen la capacidad de medir los riesgos que produce este ritmo excesivo.

Pero no todo es tan malo. Los expertos señalan que el andador puede ser un juguete entretenido para los niños, pero sólo en determinados momentos del día, y siempre al cuidado de un adulto. Recuerda que no debes dejar al pequeño en el andador para realizar otras cosas que requieren de tu atención, porque en estos casos pueden suceder graves accidentes.

No debes relajarte y dejar al niño solo en este aparato, él no tiene noción del peligro y puede provocarse un accidente muy grave, como por ejemplo que se caiga de alguna escalera o que se vuelque. Si quieres hacer otra cosa que requiera de tu atención y dejarlo en un lugar seguro, déjalo en un corral o en un espacio delimitado en el piso donde no existan riesgos.
Tampoco debes dejar al niño todo el día en el andador, basta con algunos minutos como lo harías con cualquier otro juego. El andador no enseñará más rápido a caminar al bebé, debes verlo sólo como un juego.

El andador es un juego que permite a los niños sentirse libres cuando están en él. El niño se emociona y entretiene, además, puede alcanzar e investigar objetos de su mundo que hasta ahora le estaban prohibidos.
Algunos tipos de andadores traen la posibilidad de convertir la baranda en una mesa de juegos interactivos con ruidos de animales, música y letras. Estos son un aporte para el desarrollo y la estimulación de los niños.

¿Cómo comprar un andador?
Al momento de comprar un andador es importante fijarse si tiene regulador de altura, así se puede adaptar al crecimiento del pequeño semana a semana.
Además, hay que fijarse que la silla sea de una tela o material confortable y cómodo para el bebé, que no le cause daños. También debe ser resistente.
La limpieza y el transporte del andador también son importantes. Mientras más facilidades de transporte tenga, mejor.
En algunas ocasiones, los andadores presentan diferencias de tamaño dependiendo si son para niños o para niñas, por lo que esto también se debe revisar.

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