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Enuresis

Enuresis

La enuresis es la micción, involuntaria o intencionada, que puede ocurrir a cualquier hora del día o de la noche (siendo más frecuente la nocturna), sin que exista una enfermedad previa que lo justifique.

La edad a la cual se empieza a considerar un problema es a los 5 años en el caso de las niñas, y a los 6 en el de los niños. Estos episodios deben de producirse al menos dos veces por semana durante un tiempo mínimo de 3 meses consecutivos.

CLASIFICACIÓN

Se puede clasificar según el momento en el que tengan lugar los episodios:

  • Enuresis diurna: en este caso la pérdida involuntaria de orina se produce durante las horas del día. Su prevalencia es inferior a la nocturna. Se da en un 10% de la población infantil con edades comprendidas entre los 4 y los 6 años. Afecta al doble de niñas que de niños (al contrario que la nocturna). Es frecuente en niños con problemas mentales.
  • Enuresis nocturna: la pérdida involuntaria de orina se produce durante el sueño. Es más frecuente en niños que en niñas. La micción normalmente tiene lugar entre 30 minutos y 3 horas después de haberse iniciado el sueño.
  • Enuresis total: pérdida involuntaria de orina, tanto durante el día como durante la noche.

Lo habitual es que los niños consigan controlar la orina durante el día a partir de los dos o tres años. Sin embargo, pueden tardar bastante más tiempo en lograr el control durante la noche.

Se calcula que uno de cada diez no es capaz de hacerlo antes de los seis años de edad.

Se puede clasificar también:

  • Enuresis primaria: se denomina así cuando el niño no ha llegado a controlar la micción durante un periodo continuado de al menos 6 meses. El 80% de las enuresis son de este tipo.
  • Enuresis secundaria: se refiere a los casos en los que ha existido un periodo previo de control de la vejiga, y posteriormente se produce una regresión. Generalmente se trata de un fenómeno transitorio e intermitente, que se soluciona con mayor facilidad.
CAUSAS

La enuresis nocturna primaria puede estar originada por:

Retraso del desarrollo

La vejiga se ajusta a la cantidad de orina acumulada, como si de un globo se tratara; su interior está recubierto de un músculo que se contrae a medida que la vejiga se va llenando, creando la sensación de vejiga llena. El reflejo de la micción es innato, pero los seres humanos no son conscientes de la sensación de presión hasta los dos o tres años, momento en el que los niños pueden empezar a controlar voluntariamente la eliminación de la orina.

Factor genético

No se conoce ningún gen asociado al trastorno, pero se ha observado que existe una predisposición familiar. El 85% de los casos presentan un pariente cercano al que le ha sucedido lo mismo. Y casi un 60% de los niños con enuresis nocturna primaria tienen un hermano o un progenitor que ha tenido el mismo problema.

Desórdenes del sueño

Cambios en el patrón de sueño pueden ser la causa de este trastorno.

Alteraciones de los niveles de la hormona antidiurética (ADH)

De manera normal, esta hormona se secreta en el cerebro, provocando que los riñones reduzcan la cantidad de orina. Por la noche los niveles de esta hormona aumentan, sin embargo, en los niños que padecen este trastorno, los niveles de esta hormona pueden encontrarse alterados, lo que tendría como consecuencia que la cantidad de orina no disminuya durante la noche.

Con menor frecuencia, también pueden ser causa de la enuresis:

  • Alteraciones neurológicas.
  • Infecciones urinarias.
  • Malformaciones anatómicas de uréteres, vejiga y uretra.

En la enuresis secundaria la causa casi siempre es psicológica. Aunque también puede estar originada por factores estresantes, una situación de maltrato o abuso sexual, infecciones o malformaciones del aparato urinario, o la presencia de alguna enfermedad.

DIAGNÓSTICO

Se deben realizar una serie de pruebas:

  • Historia clínica para determinar si existen antecedentes de enuresis en la familia.
  • Examen físico: que consiste en palpación abdominal, examen de los genitales y posiblemente del ano y los reflejos de los miembros inferiores.
  • Análisis de orina.

Generalmente no se requieren radiografías de los riñones o de la vejiga, análisis de sangre, ni pruebas de imagen o de funcionamiento dinámico de la vejiga, a no ser que el médico lo considere oportuno, ya que es importante descartar algunas enfermedades como:

TRATAMIENTO

Es importante no demorarse en el inicio del tratamiento, para resolver el problema cuanto antes y evitar al niño problemas sociales, ya que puede ser una fuente de gran tensión emocional que afecte a sus relaciones con el entorno.

En el tratamiento, los padres tienen un papel fundamental para mejorar la situación del niño.

  • Se debe desdramatizar el problema. Hay que hacer todo lo posible para que el niño entienda que no debe mojar la cama y que debe hacer un esfuerzo por controlar la orina, pero sin enfadarse cuando no lo consiga, ya que los castigos y las reprimendas no le ayudarán. El aprendizaje del niño lleva su tiempo, por lo que hay que tener paciencia. Animarlo es la mejor manera de enfrentar el problema.
  • Hay que prestar especial atención y asegurarse de que el niño va al baño con la frecuencia adecuada durante el día y, sobre todo, de que no retenga la orina durante periodos prolongados de tiempo.
  • Además, deberá orinar antes de irse a dormir para que la vejiga tenga la menor cantidad de orina posible durante la noche.
  • Levantar al niño a media noche para que vaya a orinar no es útil, puesto que él no aprende a despertarse solo.
  • Puede ayudarle saber que otros han estado en su misma situación.
Todo lleva un proceso, se  le debe de tener paciencia a nuestros hijos y no desesperarnos, poco a poco se adaptara y dejara de tener esos pequeños accidentes, que para él  tampoco son nada fáciles.
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