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Síndrome de Mamá Gallina

Síndrome de Mamá Gallina

A muchos les parecerá extremo este caso; sin embargo, la dependencia y la sobreprotección pueden llevar a mamá- hijos a conductas impensables.

Quiero dejar constar que a pesar de todas las características que aquí se describan de las Gallimadres, no quiere decir que no sean excelentes madres que se preocupan y quieren lo mejor para sus hijos. Ahora, continuando con el tema, las Mamá Gallina siempre quieren sentirse que llevan el total y absoluto control de la vida de sus hijos, es decir, no sólo quieren criarlos, sino que también sienten la necesidad de vivir la vida de sus hijos simultáneamente con la de ellas mismas.

Este tema tiene un transfondo sociocultural porque las mujeres siempre estamos posicionadas en roles de cuido. El buen papel de mamá o de esposa depende de la calidad de cuido que demos a quienes nos rodean. Desde niñas somos educadas para cuidar y servir. Cuando vemos a niñitas jugando con muñecas vigilamos que el juego incluya el rol de cuido: “mira tu bebé tiene hambre”, “mira, tenés que cuidar a tu bebé”, “así no se agarra”, “¡ya durmió la siesta”… sin embargo, si vemos a un niño agarrar el mismo muñeco, rápidamente le buscamos un carrito o un juguete para niño, en muchos casos inclusive se le hace manifiesta la censura: “eso es de niñas y tu eres un niño”.

Los niños que son criados bajo el espejismo de la sobreprotección, son poco tolerantes a cambios, resuelven todo mediante llantos, evaden los contactos sociales o las situaciones nuevas, sintomatizan frecuentemente con dolores de estomago, de cabeza, de cualquier cosa; inclusive algunos llevan los síntomas al extremo convirtiéndolos en vómitos y diarreas que son los más comunes.

Las conductas inseguras en sus hijos e hijas no surgieron de la nada; la dependencia, la sobreprotección, la falta de estímulo en la independencia y los apegos enfermizos son el fruto de una vinculación enfermiza.

Los hijos resultan siendo personas que necesitan supervisión, aprobación y refuerzo en todo lo que hacen. El señalamiento de una simple equivocación puede desencadenar una crisis fatal: “ no sirvo para nada, siempre me equivoco, esto no me enseñaron a hacerlo, necesito que me ayuden…” En muchos casos terminan convirtiéndose en personas rígidamente metódicas, porque seguir un método reduce el riesgo de equivocarse, y eventualmente pueden desviar la atención y la responsabilidad a quien les enseñó el método.

No nacemos sabiendo ser padres, cometemos errores y no somos perfectos, aún así todo lo que hacemos es con cariño y amor hacia nuestros hijos, solo debemos estar alerta a cómo cuidar de ellos para que sean mejor personas, que sean individuos responsables, independientes y seguros de lo que quieren en la vida, sin llevarlo a la «sobre protección».

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2 Comentarios
  • Ana Mariela Parras Lagos
    Posted at 04:03h, 18 junio Responder

    estas tocando muy buenos temas y yo a veces me considero una de estas madres aunq te dire que no me arrepiento y ademas no existe una escuela en la que nos podamos titular o hacer una licenciatura en la carrera de ser madre o padre no lo crees?

    • Chuydf
      Posted at 13:18h, 19 junio Responder

      En algún momento siempre llegamos a hacer mamás gallina y es válido, pero hay madres que quieren obligar a sus hijos a vivir su vida como propia y eso ya no debe ser, pues por más que deseamos que ellos no cometan errores los van a cometer, igual que nosotros, lo único que debemos hacer es estar a su lado para aconsejar, apoyar y quererlos mucho. Yo cometí errores, grandes y pequeños que por más que tú me hubieras dicho, yo los iba a cometer, que sin ser mi Mamá de sangre fuiste la única persona que no me dio la espalda y que estuvo a mi lado para apoyarme y darme consejos, eso es lo que hace VALIOSA a una persona, una gran persona como tú, sabes que Te Amo Fuertísimo!!

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