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Primeras Palabras

Primeras Palabras

La primera palabra del niño suele ser un acontecimiento para toda la familia. Lo más probable es que no signifique nada, ni tan siquiera el niño haya sido consciente de haberla reproducido.

Simplemente haya sido una imitación de un sonido que haya escuchado en su entorno. Aún sabiendo todo esto, los padres celebran con alegria la primera palabra de su bebé.

Por lo general, es a fines del primer año de vida, que el bebé comienza a decir sus primeras palabras. Anteriormente, la comunicación la hacía mediante la gestualidad, señalando o gesticulando acerca del objeto de su interés, o imitando gestos que los adultos emplean al hablar.

 Luego pasa a la formación de sílabas reconocibles como “pa”, “ma”, “da”, etc., que unirá de manera fortuita al comienzo, y con el apoyo de los padres, comenzará a identificar como parte del lenguaje y lo reiterará hasta que lo maneje con soltura. Las primeras palabras suelen ser mama, papa, etc.

El niño se siente estimulado por la recepción que los mayores hacen de sus nuevos sonidos, y emplea las nuevas palabras, para llamar la atención del adulto, quien responde así a su llamado. Es a partir de este momento, que puede comenzar a distinguir ciertas palabras con sentido para él, del continuo sonoro que emiten los adultos, y puede participar así en sus conversaciones.

Todos los papás estamos ansiosos por escuchar las primeras palabras del bebé, sus primeros balbuceos nos hacen muy felices, resultan muy gratificantes. Pero, ¿por qué sus primeras palabras son papá o mamá?

Podría parecer que la respuesta es obvia, pero son muchas las palabras que escucha el bebé y que podría asociar a los padres, sin embargo, la predilección es por “mamá” y “papá”.

Pediatras y otros especialistas coinciden en afirmar que la rapidez con la que habla un bebé depende fundamentalmente de la estimulación que reciba por parte de sus padres y del contexto en el que crece.

La estimulación lingüística de los bebés comienza desde la etapa de gestación.

Durante el embarazo, alrededor se la sexta semana,  la madre puede empezar a utilizar técnicas auditivas para favorecer el rápido desarrollo de los sentidos del pequeño una vez haya nacido. Hablar con el bebé suave y claro, cantarle, ponerle música o leerle cuentos son algunos de los métodos utilizados en la estimulación prenatal.

Después del nacimiento el bebé atraviesa un proceso lingüístico en el que la madre cumple un rol esencial  para el aprendizaje del habla debido a que instintivamente utiliza frases cortas y sencillas acompañadas con gestos o expresiones faciales que refuerzan la comprensión.

Aproximadamente a los ocho meses los bebés comienzan a pronunciar sus primeras palabras, diciendo sílabas dobles: papá, mamá, tete… aunque de los cinco a los seis meses ya han dicho sus primeras consonantes, vocales y sílabas como m, b, n, ma, gu, etc.

Sin embargo, antes de que el bebé comience a hablar, ya comprende, por eso es necesario hablarle claro, explicándole todo cuanto ocurre a su alrededor, en especial durante los momentos más significativos para él: cuando se alimenta, cuando se cambia o al bañarse.

Para ayudarlo a aprender es vital un ambiente emocionalmente estable, si el pequeño percibe un ambiente tenso probablemente se reprima y no exprese sus necesidades. Además, hay que estimular su entorno con actividades que le estimulen el habla, si le sienta en frente de un televisor todo el día es posible que el niño no hable.

Los niños aprenden a hablar si se les habla, por tanto siempre hay que dirigirse hacia ellos utilizando un lenguaje sencillo, nunca deben usarse las palabras en forma incorrecta ni frases incompletas, sólo frases cortas y con sentido.

Es recomendable no forzar al pequeño, si  amanece sin ganas de hablar no hay que obligarlo, poco a poco las necesidades y el entorno lo motivaran a pronunciar sus primeras palabras. Es importante que los padres sean conscientes de que cada niño es diferente y que su desarrollo depende de varios factores, por eso no hay que comparar, algunos bebés son más precoces y hablan a edad temprana, otros no.

Si el pequeño pronuncia mal una palabra lo indicado es repetírsela en forma correcta pero sin corregirlo permanentemente, él entendera y con el tiempo modificará su pronunciación.

Es responsabilidad de los padres estar pendientes de la evolución del bebé y de asegurarse  de que sus sentidos están en perfecto estado, que no tiene ninguna limitación auditiva, visual o neurológica que retrasen o impidan su desarrollo.

CÓMO ESTIMULAR A TU BEBÉ

Actividades como el juego, la música, la lectura y la correcta estimulación en la edad temprana favorecerán el ejercicio articulatorio del niño. El momento en el que el bebé emite sus primeros sonidos es inolvidable para los padres.

Puede resultar divertido y muchas veces confuso. Lo cierto es que desde que este momento ocurra, empezarán a presentarse una serie de oportunidades para reforzar el habla de su hijo.

La estimulación temprana es la mejor ayuda que se puede dar a un bebé para que aprenda a hablar. Los bebés que tienen hermanos mayores comienzan a hablar antes que los que son hijos únicos. Pero puede haber casos en los que el bebé comience a hablar más tarde de lo esperado, pero que no significa que haya necesariamente algún problema.

La mejor manera de ayudarlo, es hablándole mucho desde su nacimiento, explicarle todo cuanto ocurre a su alrededor, en especial en momentos que son significativos o placenteros para él, como al alimentarlo, cambiarlo o bañarlo.

El lenguaje empleado debe ser sencillo y específico, aunque al principio no sea muy comprendido, el niño está preparado para aprender rápidamente y lo hará. Este intercambio, le indica que es aceptado en las conversaciones, que puede unirse a los que hablan y ser escuchado y comprendido.

UTILIZA EL JUEGO

Pronunciar correctamente una palabra es una habilidad que se adquiere a medida que los bebés crecen y los padres pueden ser facilitadores de esta tarea. Las actividades lúdicas son un gran ejemplo para lograr este objetivo.

Acciones como leer cuentos y emitir sonidos de personajes como animales y objetos que vayan apareciendo en la historia son una buena opción. Asimismo, relacionar sonidos con las imágenes de los libros.

Aunque los niños no produzcan inmediatamente los sonidos, estos les pueden llamar la atención y, en algún momento, pueden tratar de imitarlos.  Se dice que “esa gesticulación asociada a la lectura del cuento es una de las actividades más enriquecedoras que se puede hacer para un bebé que ni siquiera hable, porque obviamente para poder hablar, primero hay que llenar ‘el disco duro’ de significados.

Es como cuando uno aprende otro idioma. El bebé comprende mucho más de lo que puede expresar. Es como si su maleta de palabras con significados tuviera que llenarse para después poder usar su contenido”.

– Cada sonido puede ser asociado a un instante de comunicación con los padres y, de acuerdo con el gusto del menor, él ira pronunciando los fonemas con sus órganos según una secuencia de aparición relativamente preestablecida.

– Los sonidos que emiten los animales siempre serán divertidos para los más pequeños, pues disfrutan imitándolos. Cuando los escuchan, van a querer hacerlo igual y es normal que involucren todos sus órganos para lograrlo.

– También funciona la acción contraria. Si el pequeño hace un movimiento que llame la atención, como mandar un beso, el padre puede reforzarlo haciéndolo sentir que está bien y animándolo a repetirlo.

1 Comentario
  • Rose Cerón
    Posted at 18:37h, 28 septiembre Responder

    Es súper importante aprender juegos que puedan estimular a nuestros nenes, estoy de acuerdo contigo en que hay muchos juegos y actividades para desarrollar las capacidades de nuestros bebés, yo he sacado varios de este sitio que les recomiendo y espero les sirva a todas las mamás http://on.fb.me/hJWPRe  , saludos! 

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