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Niños violentos en el jardín de niños

Niños violentos en el jardín de niños

Una de las grandes dificultades de los padres es saber cómo tratar la conducta agresiva de sus hijos ya que, a menudo, nos enfrentamos a la desobediencia y a la rebeldía de los hijos.

La agresividad es un trastorno que, en exceso, y si no se trata en la infancia, probablemente originará problemas en el futuro, y se plasmará en forma de fracaso escolar, falta de capacidad de socialización y dificultades de adaptación.

Si tienes un peque que asiste al jardín de infancia, esto es entre los 4 y 5 años, sabrás de qué hablamos cuando decimos que es muy común en esta etapa de nuestros niños la expresión de las emociones, especialmente de enojo o disgusto, pegando o mordiendo a otros niños.

Esto puede estar sucediendo con tu propio hijo o con alguno de sus compañeros, sin importar quién sea se trata de una situación que pone al resto de los niños e incluso a la maestra muy incómodos; cuánto más a los padres del niño que agrede. Normalmente si se trata de nuestro hijo la incomodidad principal se presenta por el lado de los cuestionamientos sobre la educación que le estamos dando al peque; y también un sentimiento de culpa por aquellos otros peques que han sido agredidos por el nuestro.

Las reacciones violentas de los niños son naturales: si no consiguen lo que quieren, arranca el berrinche. Es su forma de protestar, una sencilla estrategia que puede provocar que los padres respondan de forma equivocada:

-Con agresividad, que o asusta al pequeño o le hace creer que las conductas violentas son aceptables.

-Con complacencia, que reafirma al niño en la idea de que las rabietas son un buen camino para conseguir lo que desean.

Aunque al principio parece poco fructífero, tu hijo necesita que le preguntes por qué está triste o enfadado, que lo escuches. Se calmará, se sentirá respetado, querido. Y aprenderá a comunicarse y a digerir que en el supermercado no es posible comprar todos los juguetes del pasillo.

Obviamente, cualquier conversación entre tú y tu hijo será estéril si no tienes en cuenta lo siguiente:

– La violencia se aprende: en casa, en el colegio, sentado delante del televisor… Las familias deben constituir un modelo de ausencia de agresividad.

– La frustración genera violencia: si a tu hijo lo riñen con frecuencia en el colegio o la guardería, es posible que se descargue en casa de manera agresiva. El contacto permanente de los padres y los profesores es clave, pues ayuda a saber si se pelea en el patio, si sus compañeros lo maltratan…

– Si le pegan, pegará: cuando a un niño lo escuchan, aprende a escuchar; si le gritan y zarandean, hará lo propio cuando se enfade, pues lo considerará normal.

– Cuidado con los castigos: la severidad al reprobar conductas puede provocar la ira del pequeño. ¿Quieres un castigo inocente? Haz que tu hijo abra y cierre una puerta de casa sin hacer ruido quince veces. Se amansará, se aburrirá… y aprenderá a no dar portazos.

– Eres el espejo donde se mira tu hijo: los niños se fijan en sus padres y tienden a relacionarse con los demás de la misma forma que ellos. Si te muestras tranquila, el pequeño te imitará.

– Las rabietas no son malas: si no son ni constantes ni interminables, las rabietas son síntoma de que el aprendizaje de tu hijo sigue su curso, de que está forjando su carácter. Evidentemente no hay que aplaudirlas, pero conviene no dramatizar.

Existen casos de ira extrema, de rabia incontrolable, casos de niños aficionados a las peleas. Necesitan el tratamiento de un especialista, pues la violencia es una de las causas del fracaso escolar, los problemas para socializarse y los trastornos en las familias.

Agresividad Infantil

 

 

 

2 Comentarios
  • online schools
    Posted at 03:35h, 24 julio Responder

    I don’t understand how many people realize exactly what went into designing a site like this. Nice job!

Publica una respuesta a Chuy Cruz García Cancelar Respuesta