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Niños que se comen las uñas

Niños que se comen las uñas

En general los niños comienzan a comerse las uñas a los cuatro o cinco años de edad. Este hábito compulsivo, se denomina Onicofagia.

Magdalena Rahmer, psicóloga  explica que comerse las uñas es en la mayoría de los casos un comportamiento automático compulsivo, donde el niño sabe que es perjudicial y le hace daño, pero que no puede evitar o sencillamente no controla. Habitualmente responde a sentimientos de ansiedad o inseguridad.

En algunas ocasiones, los niños se comen las uñas bajo determinadas circunstancias y no en otras, por lo tanto, los padres deben fijarse cuándo ocurre y conversar con él sobre lo que está pasando. Así, podrán descubrir cuál es la razón que lo está llevando a morderse las uñas.

Cuando llegan a cierta edad muchos niños toman por costumbre comerse las uñas, en primer medida tenemos que reconocer que no es nada del otro mundo, y que de hecho es bastante normal que lo hagan.

En principio aunque las manos queden antiestéticas y de por si sea una costumbre desagradable, los padres no tienen motivos suficiente como para preocuparse demasiado, ya que lo más común es que el habito desaparezca solo al pasar algún tiempo.

Si esto no ocurriese, y se busca que el niño abandone la fea costumbre de comerse las uñas, hay algunos consejos que podemos ofrecer para que se pongan en práctica en búsqueda de resultados positivos en niños que se comen las uñas.

Los niños que se comen las uñas lo hacen como un síntoma de ansiedad infantil, por lo que es negativo retarlos, ridiculizarlos o llamarles exageradamente la atención, ya que esto hará que se sientan aun más nerviosos, por lo que el resultado será exactamente el contrario.

Mostrarse enojados, irritables, decepcionados por la acción puede hacer que el niño no solo no deje de comerse las uñas, sino que además busque hacerlo a escondidas, situación que lo hará sentirse doblemente peor, ya que pensara que está haciendo algo muy malo.

Lo que deben hacer los padres es trabajar sobre la autoestima del niño que se come las uñas, alentarlo en sus actividades, felicitarlos por sus logros, decirle que es un buen niño, buscar que se sienta cómodo y seguro con la persona que es.

El niño que se come las uñas lo hace, por lo general, propulsado por un momento del día o situación, es sumamente útil determinar este detonante, muchos lo hacen por aburrimiento, por tensión, nerviosismo o fatiga, una vez descubierto hay que distraerlos en esos momentos claves, charlar si hay algo que los incomoda, hacerlos sentirse entretenidos, ayudarlos a descansar, o lo que sea que necesiten, y poco a poco dejaran de necesitar ese recurso.

CONSECUENCIAS

Las consecuencias de la Onicofagia pueden ser desde los dedos sangrantes hasta úlceras recurrentes y deformación de la mordida. Es importante que los padres detecten a tiempo esta práctica, porque cuando no responde a una situación tensional, puede tratarse de una conducta imitativa o una mera entretención.

Así, mientras antes se corrija, mejor será el pronóstico y menores los daños que puede provocar.

Pero, como podemos detenerlo? Lo primero que tenemos que hacer es identificar la causa, es decir, si es por angustia, lo primero es tratar de aliviar modificando la situación que le preocupa. Si no hay otro síntoma de ansiedad, es recomendable el uso del refuerzo positivo, si lo hace antes de dormir, es recomendable darle algún juguete, o ignoraron si lo hace para llamar la atención. De ninguna manera es efectivo regañarlo o evidenciando su comportamiento con sus amigos o familiares, con esto solo tendremos un comportamiento negativo.

Si pese a todos los esfuerzos la conducta se extralimita y el morderse las uñas comienza a ser un comportamiento repetitivo, lo mejor es acudir a un especialista para entender que pasa con el niño y cómo podemos ayudarlo.

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