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Mami: buena o mala

Mami: buena o mala

Nadie nos enseña a madres, pero eso no debe frenarnos a la hora de educar a nuestros hijos. Tenemos que tener en cuenta que las madres nunca dejamos de aprender de nuestros pequeños, que estos nos enseñan a lo largo de nuestras vidas, incluso cuando dejan de ser dependientes de nosotras.

Ser madre no requiere saber anticipadamente que todo irá bien, ser madre es una decisión que tiene que evaluarse desde una perspectiva eminentemente práctica y que atiende a nuestra situación, edad, nivel de ingresos, etc., para que ese ser no llegue sufrir y, a un montón de perspectivas que no se pueden analizar porque nacen de la condición para ser madres que está implícita en toda mujer por el simple hecho de ser eso… mujer.

Una madre sabe, qué es lo mejor, cuando hacerlo, intuye, siente, percibe y todo el acceso a la información lo tiene de una forma innata sin que tenga que hacer nada más.

Ser madre es una experiencia única.

Las actitudes, valores y la conducta de nuestros padres, influyó en nuestro desarrollo y del mismo modo, los nuestros influyen en el comportamiento de nuestros hijos. Todo ello, lleva a conductas educativas muy variadas. De este modo, las madres podemos ser muy permisivas con nuestros hijos o, al revés, ser completamente estrictas en su educación.

Sin embargo, los extremos nunca son buenos. Por ello, si las madres somos demasiado permisivas o excesivamente estrictas, el niño puede responder una conducta rebelde y agresiva. Por el contrario, si a nuestros hijos les mostramos una actitud cariñosa y cálida, aunque sin olvidar un poco de mano dura, el comportamiento de nuestro hijo será educado y obediente.

No hay características que distingan a una buena madre, pero se destacan las  mamás atentas y cuidadosas. No tiene que ver con el tiempo que ella esté junto a su niño, tiene que ver con el amor, la atención y el cuidado que le brinde a su hijo.

Dedícale cada día, una atención especial a tu hijo. Vive esta etapa con las sensaciones que debas tener: euforia, alegría, cansancio o enojo. Controla el enojo lejos de tu bebé y busca estar relajada cuando lo traigas en tus brazos o alimentes. Esto te permitirá brindarle seguridad y atención.

También está demostrado que si las madres abusamos del castigo físico, nuestros hijos seguirán nuestros pasos, es decir, que el pequeño se convertirá en un ser agresivo para con los demás.

La educación consiste en acompañarlos hacia la madurez facilitándoles los recursos afectivos y mentales que les permitan tener un pensamiento propio y crítico hacia lo que les rodea, asegura Menéndez. Por este motivo, nuestros hijos nunca estarán de acuerdo con la educación que les hemos dado, pero esto será una buena señal, ya que nos demostrará que les hemos educado para tener su propio criterio.

Lo más importante que debes hacer para educar a tu hijo es darle un buen ejemplo. De nada sirve exigirle una buena conducta si no se actúa en consecuencia. Demuéstrale a tu hijo cuán satisfactorio es vivir de manera optimista y positiva, responsable y en base a principios éticos.

Suerte y confíen en ustedes mismas, el arte de ser mujer es dar amor… =D

Referencia:

Diana Liniado

Psicóloga de niños

http://www.mipediatra.com/

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