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¿Mamá te casas conmigo?

¿Mamá te casas conmigo?

Hace unos días, mi hijo de 15 años me dijo: “Mamá, cuando era pequeño me quería casar contigo, ¿verdad?”. Con tono de broma le contesté: “¡Sí! ¡¿Lo hacemos?!”.

Durante la infancia los niños pasan por una etapa donde celan a mamá y sienten un rechazo por parte de papá.

Se desarrollan lazos muy estrechos entre ellos. Llegan a visualizar a su madre con gran admiración y atracción amorosa, tanto que a papá lo ven como a un rival.

Lo mismo pasa con las niñas eternamente enamoradas de papá, pero esto no debe angustiarnos. Son etapas del desarrollo infantil: complejo de Edipo para los niños y complejo de Electra para las niñas. Generalmente se da entre los 3 y 5 años de edad y la atracción del niño hacia su madre es más marcada que la atracción que tiene la niña hacia el padre.

Que los pequeños sientan rechazo y celos por papá o las niñas por mamá también es una etapa que se supera pronto. Debemos saber cómo actuar ante los niños, pues podemos afectar su autoestima y, en lugar de ayudarlos a superar dicha etapa, vamos a perjudicarlos.

El niño no sabe a ciencia cierta  lo que sucede, él solo actúa de acuerdo con lo que siente en el momento.

Nuestra relación en pareja no debe verse afectada: tu niño comprenderá que papá no es un rival, sino que puede ser su aliado para cuidar a mamá.

Cuando los padres pelean o compiten, los niños intentan ser hostiles en contra del que piensan es su rival. Esto no ayuda a los niños, no es sano y no se conseguirá una convivencia sana con la otra persona: únicamente lo verá como enemigo.

Después de los cinco años, verá a papá como su compañero, se identificará con él y dejará atrás los celos y las competencias por ver quién se queda con mamá.

Cuando este conflicto queda pendiente, posiblemente en el futuro construirá relaciones de pareja fallidas. Buscará relacionarse con personas mayores y cambiará de pareja constantemente, sin poder encontrar a alguien que lo haga sentirse pleno.

Tal vez con el tiempo se dé cuenta que debe acudir a un especialista para que lo ayude a resolver este conflicto. Pero creo que es mejor prevenir todo esto, ¿no crees?

En sí, todo proceso de desarrollo y madurez tiene un objetivo: superarse y alcanzar estabilidad.

Todos aprendemos sobre la marcha. Al ser padres no nos damos cuenta de todas las cosas que debemos saber; por esa razón, vamos a cometer errores con nuestros hijos y lo importante de todo es darnos cuenta para responder a tiempo.

Así es que mucha paciencia para los papás y yo como mamá les invito a disfrutar esta hermosa etapa con nuestros “eternos novios”.

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