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Consejos para inculcar la Responsabilidad Infantil

Consejos para inculcar la Responsabilidad Infantil

Una de las tareas más importantes dentro de la formación de nuestros hijos es la de enseñarles a ser responsables. Este valor se debe inculcar desde que los niños son pequeños y no cuando se empieza a tener problemas con ellos.

Para lograr que los niños comprendan y pongan en práctica el sentido de responsabilidad, se requiere de información, orientación, paciencia, constancia, confianza; permitiéndoles que participen en la toma de decisiones, darles oportunidad de asumir el resultado de sus acciones, comprender los fracasos y limitaciones y elogiar sus logros.

El niño crecerá en la responsabilidad, y la creatividad si acompañarlo en el camino de la vida, ayudarlo, estimularlo, motivarlo, apoyarlo, contenerlo, es algo placentero, necesario, gratificante para sus padres.

Los niños y el dinero

Los niños se dan cuenta de la existencia del dinero a una edad temprana porque están expuestos a él como consecuencia de las tareas diarias, por ejemplo, las compras en el supermercado o el uso de cajeros automáticos. Cuando llegan al preescolar, los niños tienen curiosidad por el dinero y se dan cuenta de que ciertas cosas que quieren pueden comprarse. A esta edad, es muy común que los niños tengan berrinches en las tiendas cuando quieren algo porque saben que usted puede comprarles lo que piden. A los 5 años, los niños ya pueden reconocer los billetes y las monedas. Enseñarles a los niños cómo funciona el dinero a una edad temprana es una parte importante de su educación y desarrollo y los ayudará a que les vaya bien cuando sean adultos.

Enseñarle a su niño a comprender el valor del dinero:

Comience con una alcancía. Incluso antes de decidir darle una asignación a su hijo o enseñarle sobre el dinero, es posible que disfrute juntando monedas o ahorrándolas en una alcancía. Esta es también una gran oportunidad para ayudarle a su hijo a aprender a contar. A medida que su hijo crece y empieza a tener más dinero, la alcancía puede transferirse a una cuenta bancaria real.

Enséñele a ahorrar a una edad temprana. La edad recomendada para comenzar a darle a su hijo una asignación es aproximadamente cuando comienza la escuela básica, o cuando muestra interés en tener su propio dinero, que es normalmente alrededor de los 5 ó 6 años. Este es un momento genial para practicar las matemáticas con su hijo mientras comienza a acumular poco a poco sus propios ahorros y a gastarlos. Cuando comience a darle una asignación a su hijo, es buena idea enseñarle inmediatamente a ahorrar, por ejemplo, sugiérale que separe cierta cantidad de dinero para gastar y que guarde el resto en la alcancía o en su cuenta bancaria cuando sea más grande. Ayúdele a ser consciente del valor de los ahorros y de las cosas para las que le serán útiles en el futuro. En este momento, también puede ayudarle a su hijo a reconocer cuánto cuestan las cosas y cómo se gasta el dinero. Cuando su hijo le pida algo, calcule cuánto tiempo le llevará ahorrar para comprarlo.

Las tareas domésticas. En algunas familias, la asignación se da por hacer ciertas tareas, como sacar la basura, pasear al perro o doblar la ropa limpia. Otras familias piensan que las tareas domésticas y la asignación no deben estar asociadas porque los niños deben aprender a ayudar en la casa sin ser recompensados. Por eso, esta es una elección personal que usted debe hacer como padre. Sin embargo, independientemente de que su hijo reciba o no una asignación, usted debe darle ciertas tareas para hacer en la casa, así le enseñará a ser responsable.

Respetando las reglas. Aunque por lo menos una parte de la asignación de su hijo es para que la gaste como él lo desee, usted puede opinar con respecto a qué cosas puede comprar y recordarle las reglas de la familia. Por ejemplo, si usted no permite videojuegos en su casa, su hijo debe respetar esa regla y no comprarlos con la asignación. También es posible que su hijo adolescente quiera gastar su dinero en más ropa. Sin embargo, si usted tiene ciertos límites con respecto a lo que puede usar, entonces su hijo deberá atenerse a estos límites aún cuando compre ropa por su cuenta.

Está bien que su hijo cometa errores. Oriente a su hijo, pero no le diga lo que tiene que hacer. Su hijo es responsable de administrar su propio dinero. Sin embargo, entienda que los niños cometen errores y que usted puede ayudarlos a aprender de esos errores sugiriéndoles soluciones. Por ejemplo, puede surgir una situación inesperada, como que su hijo quiera ver una película nueva con sus amigos y que no tenga suficiente dinero para pagar la entrada, entonces le pida un adelanto de la asignación. Aunque no debe hacerse costumbre darle a su hijo la asignación por adelantado.

Las medidas que los padres deben llevar a cabo para fomentar la responsabilidad son:

  • Establecer normas que sirvan como punto de referencia, las cuales el niño asumirá conforme vaya creciendo.
  • Comience por ponerle tareas simples para luego y poco a poco ir pidiéndole otras más complejas.
  • Sea muy claro al decirles a sus hijos lo que usted espera de ellos.
  • Dígale paso a paso lo que los niños deben hacer.
  • Enséñele a valerse por sí mismo, de enfrentarse las dificultades, de conocer el valor de las cosas, etc. Hágales ver que su esfuerzo es algo natural, no un medio para conseguir una meta.
  • Aunque los niños sean pequeños, debe haber algo en la casa que puedan hacer como recoger sus juguetes, poner la mesa, regar una planta, ordenar, etc. De igual manera la responsabilidad está presente cuando los hace consientes de que deben cumplir con los reglamentos de alguna actividad extraescolar que realicen, incluyendo las dificultades que esta conlleve. Acuérdese de que las tareas deben tener una dificultad moderada y progresiva, y sobre todo adecuarlas a la edad y capacidad del niño.
  • Nunca se responsabilice de las tareas que los hijos deben cumplir, se les puede ayudar, orientar, asesorar, pero no asumir esas responsabilidades de forma que el niño se desentienda. Manténganse firme y no pierda la paciencia.

Seis consejos simples y claros para conseguir que los niños cumplan con su deber y estén felices por ello:

Buscar la motivación especial para cada niño. No hay dos niños iguales. Lo que a uno le fascina hacer, al otro le molesta. Por lo tanto, hay que partir pidiéndoles que hagan lo que más les gusta. Por ejemplo, lustrar los zapatos, ordenar la repisa, pasear al perro, barrer las hojas, poner la mesa.

Los niños hacen lo que se espera de ellos. Si siempre hay alguien que haga el trabajo por ellos, no tendrán ninguna motivación para realizarlo, porque “total, mi mamá ordena…”. Al principio no lo harán en forma perfecta, pero hay que tener confianza –y darles a ellos esa confianza- de que lo podrán hacer bien con el tiempo. Lavar los platos, hacer la cama, colgar las toallas, ordenar el baño son cosas que deben aprender desde chicos.

El mejor maestro es el ejemplo. Si pretendemos enseñarle a nuestro hijo algo que nunca aprendimos nosotros, debemos dar el primer paso haciendo un cambio en nosotros. Hacer un postre, cocinar un plato rico, arreglar un florero son cuestiones que nuestros hijos deben vernos hacer, para motivarse a aprenderlas.

Nuestros hijos adquirirán responsabilidad en la medida en que nosotros seamos constantes y firmes, con paciencia, comprensión y valor. Chequear periódicamente que las actividades asumidas sean cumplidas. Aquí conviene tener un calendario del mes, marcar lo realizado y reforzarlo positivamente.

Los niños siempre están aprendiendo y los padres no siempre nos damos cuenta de que estamos enseñando. La mamá que no hace muchos deberes en casa y manda a sus hijos a realizarlos, crea sentimiento de impotencia. ¿Por qué ella me encarga trabajos que ella no es capaz de hacer? Se crea en los hijos una imagen de flojera y un sentimiento de injusticia: ella descansa en mí.

La fuerza que sostiene la responsabilidad es el amor propio. Los niños tienen la capacidad de aceptar responsabilidades cuando aprenden a sentir estimación propia y satisfacción por su madurez y su individualidad. ¡Qué ordenada la lista del supermercado, no faltó nada!¡ ¡Qué linda como está puesta la mesa!

Todo esto, haciéndoles saber que cuentan con el afecto y apoyo incondicional de su padre y madre, pero también no se debe de olvidar un aspecto esencial: recuerden enseñarle con el ejemplo; es más fácil que el niño aprenda este valor si sus padres los practican constantemente.

 

 Referencia: Children’s Trust Fund

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